Mi vida con las flores se remonta por varios años atrás, crecí con ellas y en mi adolescencia estreché lazos gracias a mi padre. Me convertí en su ayudante para recolectarlas, cortarlas y comercializarlas al por mayor en el Terminal de Flores de Santiago. Durante esa época las flores eran de producción nacional como los crisantemos, claveles, calas, fresias y margaritas, justamente las que producía y vendía mi progenitor. Actualmente la comercialización de la flores también se alimenta de la importación de éstas.